Me digo que puedo sentirte aquí, casi oliéndote y chupándote, casi arañandote la espalda o pasando los dedos por las marcas que se forman en tu abdomen de manera casi perfecta.
De estar acostada en un asiento con las piernas abiertas en ángulo obtuso paso a estar hincada viendo tu cara de placer mientras no sabes que hacer con tus manos, ya que las mías ahí no te encuentran.
Con nuestros cuerpos desnudos la distancia entre segundos es de una hora, y las ventanas se empañan y ya no se puede ver nada.
Los carros pasan y alumbran el retrovisor, lo unico que descubre mi encaje y la cara de excitación cuando sientes mi boca abrirse por donde se juntan tus piernas, noto un sudor cuando paso mi mano arrastrando mis dedos por tu boca.
Me lanzas, chocamos contra el vidrio, tocamos el suelo con las manos, me tocas con tus manos, me acaricias con tus manos, me das tus manos y te explico como es que yo llego... así, cuando siento que toco el cielo con las manos.
Creías quizás saber tanto, cuando de repente ahora parece que de mi, no sabes nada.
Tremenda entrada.
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